
Mi nuevo libro de poemas - en construcción
MIS MANOS
CRIS SOUSIL 18.08.2008
Mis manos
no me dicen no,
no me gritan sí,
no murmuran lunas.
No me secretan motivos,
no susurran hechizos,
de antiguas generaciones.
Mi mano ahora áspera,
con sus uñas sin esmaltes
con su palma pacifica y pálida.
Esta mano
que su mano encaminó
a áreas innombrables
Que fue guía y fue guiada,
fría sudada tremola paralizada
con olor a samambaias
o nicotina cebolla ajo.
Esta mano que sesteó en su pecho,
esta mano que te escribió libres poemas y sonetos,
que quitó pulgas del cachorro,
que lavó platos y zapatos,
que pintó la sala y tendió la cama.
Esta mano
que manejó el auto,
que toco la guitarra,
que rascó las espaldas,
que enjabonó la panza.
Esta mano que digitó mensajes,
que se apoderó del control remoto,
que contó estrellas,
que contornó sus labios.
Esta mano,
la palma de esta mano,
el vientre de esta mano,
sus dedos, sus nervios,
cada línea y cada esquina,
casa hueso,
esta mano sin mano,
sin palpitares, sin aires,
sin el toque de la otra mano.
Tremola mano,
seca,
anciana,
inmóvil,
en coma,
mi mano.
Ven, segura,
mi encorvada, arrugada, exhausta,
sin la vibración de la otra
sin su cura,
cómplice y culpable,
sin la mano tuya.
MANANTIAL
CRIS SOUSIL 21.05.08
Hasta tus uñas
cada cutícula…
Me refrescan tus sudores,
me completa la curva de tu abdomen,
soy total analfabeta,
sin la música de tu respiración,
sin tu mirada alba,
sin tus labios frutilla crema.
Floto apoyada en tu tobillo,
escribo con los huesos de tus dedos,
brinco deslizando en tus espaldas,
duermo mecida por tu sueño
y amanezco oxigenada por tus pulmones.
Y es así
incluso tus canas,
incluso tus poros,
incluso tus uñas,
cada cutícula…
EL SONÁMBULO
CRIS SOUSIL 18.05.08
Sudaba el sonámbulo rayos de sol,
miraba por la ventana
al sosegado balanceo de los árboles
y a los zorzales que dormían en sabanas primaverales.
En la sordera nocturna
sus suspiros eran clásicos recitales
y el cerrar y abrir de sus ojos
fervorosos aplausos y ensayos
del sueño tan sonso
que salpicaba por allá
que sandaliaban por allí.
El sombrío reloj
sonreía las horas perezosas
y las ratas y los gatos
sollozaban
bajo la sombra de la madrugada
casi adormecida.
Quizás con una suplica más sonora
su sueño viniese surfeando
en olas frías en aguas sanas
y la seducción del lacio de la almohada
le besase la frente
y le cerrase el solitario
y tan extenso
y tan todo
y tan tanto
TAZAS
CRIS SOUSIL 18.05.08
Dos tazas se entazan
en el grande tablero
de una tibia taberna.
En el tablado al lado
se van a tanzar un tango
y se transan
tácitamente
con tara y sin talma.
Mañana el tabloide
tablará sobre el tabú
de las dos tazas tangueras
tachadas
por el taciturno diarero
degeneradas.
Pero nadie puede talar
la táctica, el tacto, el perfecto talle
de esas tazas
tálamos, talismanes, tatuajes
que tambalean
y se taquicardian
sin la presencia tangente
de la otra
tazania.
ÁRBOLES DE OTOÑO
CRIS SOUSIL 24.04.08
Misteriosamente encantados los árboles de otoño,
muchas caras tienen, curiosos colores,
algunos lloran riéndose, otros se ríen llorando,
chistosos árboles, reyes del otoño.
Algunos verde-pasto, unos un tímido amarillo,
otros tercamente lila, naranja o rojos.
En las mañanas de sol bailan y charlan festivos
y en la noche adormecen de ojos abiertos.
Hay hojas que flotan hasta los brazos del piso
y llenan una pileta seca y opaca
entonces sin apuros se acuestan y desmayan,
ronco perezoso y ya no reencarnan.